miércoles, 20 de julio de 2016

Parque Nacional Natural Tatamá

Después de varios meses he vuelto a escribir en este blog. No lo había vuelto a hacer debido a que en mi cabeza ronda una preocupación, el turismo masivo y muchas veces irresponsable que invade y transforma muchos de los sitios naturales de nuestro país y del mundo. Es triste pensar que dar a conocer la belleza de ciertos lugares o paisajes pueda llevar a su destrucción. He visto varios ejemplos en los que la intervención del paisaje y la propia experiencia de visitar un lugar se ha transformado muy negativamente por la visita sin los mas mínimos cuidados.

Luz del atardecer.

Luego de pensar al respecto creo que la solución no es dejar de hablar de estos lugares, al fin y al cabo las noticias sobre estos paraísos llegan tarde o temprano a muchos oídos. La respuesta que creo tener es que se debe continuar hablando de los lugares naturales siempre haciendo énfasis en el cuidado del medio ambiente y el respeto al territorio y cultura de quienes lo habitan. Finalmente confío en la educación como elemento transformador y así espero estar aportando a la preservación de los mismos.

Devorando hojas al borde del camino.

El lugar que quiero compartir con ustedes es el Parque Nacional Natural Tatamá, una de las áreas protegidas de Colombia. Aunque muchos no lo hayan escuchado,este parque es uno de los mas importantes de nuestro país, ya que es el único que alberga un páramo no intervenido por el hombre en Colombia.  Esta área protegida se encuentra entre los departamentos de Chocó y Risaralda, en esta ocasión tuve la oportunidad de visitarlo desde este último departamento.

Aviso de Entrada al Parque en el Sector Cascadas.

Para llegar a este parque la forma mas usual es hacerlo a través del centro de visitantes de Planes de San Rafael. Este centro de visitantes es una muestra del que considero un excelente manejo de reservas naturales regionales liderado por la Carder, el modelo ha logrado consolidar zonas de reserva ligadas a los acueductos de los municipios y articuladas entre si con otras zonas de reserva incluso de nivel nacional. El eco turismo está presente en varias de las zonas protegidas generando una fuente de ingresos adicional para las comunidades y generando apropiación de las mismas por medio de la exploración y apropiación del territorio.

Centro de Visitantes Planes de San Rafael.

Para llegar al centro de visitantes se debe llegar primero al municipio de Santuario, distante unos 90 minutos de Pereira. Desde allí se debe tomar una carretera sin pavimentar pero en buen estado que luego de 10 kilometros nos deja  justo en frente de una casona de arquitectura típica cafetera donde se brinda hospedaje y alimentación.


Flores de la reserva..

Desde el centro de visitantes se pueden hacer diferentes caminatas a varios atractivos de la zona, entre estos el Sendero Cascadas o el Sendero de la Laguna Encantada. Elegimos el sendero Cascadas y partimos a eso de las 8 de la mañana después de un buen desayuno típico. La primera gran sorpresa fue la asignación de nuestra guía, Daniela, una joven del lugar sería quien nos acompañara  en nuestra travesía. Como parte del manejo comunitario del ecoturismo se da oportunidad a jóvenes de la región para que trabajen de guías como suplemento a las labores cotidianas del campo. El ánimo y la disposición de Daniela hicieron de la jornada un día muy especial ya que además de contarnos sus experiencias como guía nos ayudó a entender un poco más el rol que juega la comunidad en este territorio de naturaleza cafetera y frutícola.

Rio San Rafael
La caminata se inicia por un terreno que en algún momento fue intervenido para la agricultura pero que se encuentra en recuperación, con la siembra de especies nativas como la palma de cera, el yarumo y muchos otros recuperados a través de su reproducción en el vivero de la misma reserva. Inicialmente el terreno es sencillo de recorrer, con un poco de pendiente pero sin dificultad especial.

Aguas del rio San Rafael.

Avanzando un poco más se empieza a espesar el bosque a lado y lado del río San Rafael. A pesar del intenso verano el bosque ha realizado un trabajo espectacular y las aguas cristalinas aún bajan abundantes a lo largo del cauce, mas abajo serán sustento del acueducto de Santuario. De un momento a otro y sin quererlo, en una mirada a los árboles divisamos un hermoso ejemplar de soledad de montaña, esta ave de los andes colombianos tiene un vistoso colorido y nos alegró con su presencia el camino. Así como esta, muchas especies de aves y mamíferos habitan este territorio lo que lo convierte en un excelente destino para la apreciación de nuestra biodiversidad.

Soledad de Montaña.

El camino cada vez se va tornando más dificill hasta llegar al sector cascadas. En este tramo es necesario escalar varias rocas y cuestas ayudándose de cuerdas que ha instalado convenientemente la comunidad. El cuidado debe ser extremo, una caída aquí puede significar una lesión muy difícil de atender ya que hemos caminado por mas de 3 horas.

Aún en verano el bosque conserva el agua.

Terminando el sendero de las cuerdas se llega a un alto y el letrero de Parques Nacionales nos advierte la importancia del lugar que visitamos. Desde aquí ya se puede divisar la cascada principal que en alguna época estuvo habitada por los patos de torrente. Hoy en día han desplazado su hogar un poco más arriba de acuerdo a lo que nos comenta Daniela. La vista es magnifica y las aguas seducen un baño inevitable. Claro que antes de esto es conveniente recargar energías, abrimos nuestro fiambre cuidadosamente empacado en hojas de plátano desde el centro de visitantes. La comida de la región estaba deliciosa, además con el hambre y cansancio todo sabe mejor.

Comiendo el Fiambre con nuestra guía.

Llegado el momento, bajamos a la cascada, ya estando aquí decidimos entrar en el agua, el impulso nos duró apenas lo suficiente hasta sentir que el agua del páramo nos congelaba los huesos, no duramos mucho pero fuimos bendecidos por El Tatamá.

Vista de la cascada principal.

 La sensación es indescriptible y la belleza sin igual. Ningún otro grupo de personas subió ese día hasta aquí, esto hace aún mas impactante la experiencia y nos demuestra que el ecoturismo de forma controlada y sensata si es posible.

Cascada Rio San Rafael.

El camino de bajada se torna lento en un inicio debido al tramo de las cuerdas que en el descenso debe ser aún mas cuidadoso. Ya superado este tramo el camino transcurre junto al curso del río. hacia al final se toma aire al lado de una vieja casa de madera abandonada. En algún momento aquí existió un puesto de control, pero ya toda la operación fue trasladada al centro de visitantes unos cientos de metros abajo. Con muchas ganas de descansar los últimos metros se recorren con paso acelerado hasta que los colores de la casona anuncian nuestro regreso.

Bajando la empinada roca.

Esta vez solo pasamos una noche, pero los motivos por volver sobran. Las fotos del páramo virgen y el imponente cerro Tatamá surgen de vez en cuando en nuestra memoria recordándonos que aún tenemos mucho que recorrer en estos caminos.


Carretera rural entre Santuario y Apia.


Consejos del turismo responable:

De ahora en adelante compartiré algunos consejos que creo pueden ayudar en este tipo de viajes:

-Si existe la posibilidad, se debe realizar el recorrido con guías locales y apoyar de esta forma a la comunidad que nos abre sus puertas. Esta es una forma de viajar mas seguro, de acercarse más a la cultura y de reforzar el papel comunitario dentro de la protección de las zonas de reserva.

-Consume los productos de la región y trata de distribuir el dinero que vas a gastar en el mayor número de personas. Por ejemplo trata de comprar tus alimentos o servicios en distintos lugares, especialmente a productores o pequeños comerciantes, esto hace mas equitativa la distribución de los recursos. En este sector puedes conseguir granadillas, fresas y lulos cultivados por la propia comunidad.

-Los caminos, cuerdas, puentes, etc. necesitan mantenimiento por lo que los recursos que se pagan por la entrada no deben ser vistos como un gasto oneroso, realmente estos son necesarios para facilitar un recorrido seguro. Paga las tarifas de acuerdo a lo definido por las comunidades, no ingreses sin permiso.








domingo, 6 de septiembre de 2015

Fin del Mundo Mocoa - Putumayo

Es tanta la información negativa que recibimos de algunos departamentos de Colombia que para muchos nunca llegan a ser una opción como destino de viaje. El departamento del Putumayo es uno de ellos. Sin duda en su territorio se presentan hechos propios del conflicto nacional, pero lejos de la intensidad que nos imaginamos desde la barrera. Hoy día es posible visitar el Putumayo y abrir los ojos a una incomparable riqueza natural como la que nos ofrecen los territorios amazónicos colombianos.

Mariposas de la selva.

Este viaje fue realizado él último fin de semana de Agosto de 2015 en compañía de mi amigo Martín desde Florencia en el Caquetá. Desde aquí se toman unas 6 horas para alcanzar la ciudad de Mocoa. El camino inicia cruzando la cordillera oriental para llegar a Pitalito. Una vez se atraviesa esta ciudad, la carretera cambia drásticamente. Son 138 km los que nos separan de Mocoa, el flujo vehicular se hace escaso comparado con el corredor del Huila excepto por el constante paso de tractomulas con petróleo. Esta situación ha causado un deterioro acelerado de la vía y los huecos son parte del paisaje, si se va en automóvil se recomienda moderar bastante la velocidad. En la primera parte de la carretera se observan muchas ventas de fruta, entre ellas granadilla y pithaya que son la principal fuente de ingresos de los campesinos del lugar. Pronto se llega al Cauca por donde discurre gran parte de la vía, el bosque empieza a inundar el paisaje.

Vista de las montañas desde la carretera.

La primera señal de que estamos cerca a Mocoa es el impresionante paisaje que nos ofrece el río Caquetá en el sector de Mandiyaco. En el flanco occidental el cauce del río luce muy amplio, esto contrasta con el paisaje al otro lado del puente en donde las aguas se encañonan entra la roca y su cauce se reduce de forma impresionante. Imaginarse la evolución del rió es algo emocionante si se trae a la mente el recuerdo del río a su paso por Curillo (Caquetá) donde ya ha crecido considerablemente y se convierte en un gigante de la selva.

Rio Caquetá Sector Occidental Mandiyaco.

Rio Caquetá Sector Oriental Mandiyaco.

Este viaje fue realizado con muy poco tiempo y no tuvimos oportunidad de conocer mucho de Mocoa, una vez llegamos atravesamos la ciudad y nos dirigimos a la Posada Dantayaco, ubicada de forma estratégica para partir de allí hacia los destinos mas conocidos de la región. Una de las cosas que mas me gustó de este viaje fue la amabilidad de la gente. Desde el primer momento nos hicieron sentir muy bien, tanto así que una vez nos bajamos del carro para registrarnos en la posada nos encontramos con algunas personas que estaban haciendo un programa de televisión en la zona. No dudaron en invitarnos a compartir con ellos un lugar que iban a visitar. Sin siquiera registrarnos en la Posada subimos al platón de una camioneta y nos pusimos en camino a Ecoturayah.


Posada Dantayaco

Ecoturayah es una iniciativa de varias familias de la Vereda San Carlos para preservar y compartir su patrimonio cultural y natural. Tras un rato de charlar con la familia y organizar algunas cosas de la grabación del programa  recorrimos algunos metros para observar una de las cascadas de la finca. Algunas personas iban a realizar torrentismo por lo que decidimos esperar un poco para verlas, desafortunadamente se tomaron mas tiempo del esperado en iniciar la actividad y decidimos entonces explorar las cavernas de San Carlos.


Caída de agua en la entrada a las cavernas.

Este sistema de cavernas se encuentra muy cerca de la carretera sin embargo no existe aviso ni señal que anuncié su posición, esto con el fin de preservar su estado ante el acceso descontrolado que se podría provocar por su localización. El ingreso a la caverna se realiza junto a una pequeña caída de agua. En un corto recorrido por la caverna se pueden observar muchas de las atracciones propias de la espelología, como lo son las formaciones de estalactitas y estalagmitas, los rastros de fósiles e incluso huellas de mamíferos que habitan el lugar. Es posible también disfrutar de una de las mejores experiencias al apagar las luces de las linternas y sumirse en el silencio y oscuridad total por algunos minutos. La sensación lleva a un estado de conciencia al que no estamos acostumbrados en nuestro día a día.

Estalactitas en las Cavernas de San Carlos.


El día siguiente tendríamos el plato fuerte de nuestra aventura. Nos levantamos temprano, desayunamos de afán y antes de que fueran las 7 de la mañana salimos rumbo al fin del Mundo. Nos acompañó nuestro guia, el señor Franco Vargas. A paso apurado, atravesamos el rio Mocoa por un puente colgante y rápidamente alcanzamos la casa de registro. Allí nos mostraron los principales atractivos del lugar y nos señalaron las principales precauciones a tomar, la más importante es tener mucho cuidado con las rocas lisas, ya que se puede resbalar fácilmente en cualquier momento.

Entrada al Fin del Mundo.

Casa de Registro.

Nuestro objetivo era regresar a medio día para poder salir hacia Florencia no muy tarde ya que la carretera tiene un tramo con mucha niebla y en la noche la visibilidad se complica mucho. En la casa de registro pagamos $ 2.500 por la entrada, también está disponible un seguro adicional por $5.500.  El camino que sigue de aquí es un ascenso sin descanso. Hacia el final del mismo se encuentra un camino natural en roca, su belleza es digna de admirar, algunos incluso dudan si fue tallado por el hombre o si es obra de la naturaleza misma. Cada cual puede sacar sus conclusiones.

Camino de roca natural.

Camino de Roca al Fin del Mundo.

Luego del camino de roca se avanza otro poco y se llega a la Y. En este punto desviamos nuestro camino para conocer una de las cascadas mas bellas que he visto: El Ojo de Dios. Para llegar allí es necesario descender por la montaña y atravesar el rio Dantayaco. El primer encuentro con el río es impactante ya que sus aguas son totalmente cristalinas. Las piedras del fondo se ven fácilmente. Cuando ya habíamos caminado cerca de 20 minutos preguntamos a nuestro guía cuanto faltaba, su respuesta fue: ya llegamos. Ante nuestros ojos apareció el chorro de agua que fluye a través de un hueco en la roca. La luz que se filtra por este hueco y el flujo del agua producen un efecto surreal. Después de las obligadas fotografías tomamos un refrescante baño en las frías aguas. El llegar temprano nos permitió tener este espectáculo para nosotros solos lo que mejora la experiencia de conocer este lugar.

Cascada Ojo de Dios

Con la referencia del tiempo presente abandonamos el lugar y regresamos hasta la Y. Por el camino nos encontramos un grupo de torrentistas y nuestros amigos del canal del día anterior. Iban a realizar una filmación de la sesión de Torrentismo. La mayoría de personas en el grupo eran extranjeros que atraviesan la frontera con Ecuador por San Miguel e ingresan a Colombia por el Putumayo para así continuar con sus viajes por otros países latinoamericanos. Esta ruta es muy conocida entre los viajeros de aventura del continente.

La Y.

De vuelta en la Y, iniciamos un nuevo descenso que nos llevaría hasta las cascadas del Fin del Mundo. Caminamos unos 5 minutos y empezamos a ver el rio Dantayaco de nuevo. Ahora el río forma irresistibles charcos, como piscinas naturales en medio de la selva. En un corto trayecto se observa el Charco Negro, en seguida el charco principal del lugar, mas adelante el puente de piedra y por último se llega a donde se acaba el mundo...

Charco Negro.

Charco principal Cascadas del Fin del Mundo.

El nombre no podría ser más apropiado: de un momento a otro el lecho de roca se interrumpe y en el horizonte, abajo,  no se ve mas que selva  y un poco más allá la ciudad de Mocoa. Aquí se debe extremar el cuidado, un resbalón sería muy peligroso. Para los que quieran ver el paisaje desde arriba, se recomienda ir acostados con mucha precaución y asomar apenas los ojos. La mayoría de personas se conforman con el paisaje desde este punto, sin embargo existe la posibilidad de bajar por un camino para observar la caída de  agua en todo su esplendor. Nosotros tomamos la decisión de bajar, debido a nuestro afán hicimos el recorrido en tiempo record, la vista pagó el esfuerzo.

Aquí se acaba el mundo.

Cascada del Fin del Mundo

El tiempo apremiaba así que tomamos un corto baño en el charco principal y emprendimos el regreso. Realizamos el camino de vuelta en menos de una hora. Es necesario tener mucha precaución en la bajada ya que los troncos que forman el camino son muy resbalosos y si no se cuenta con el calzado adecuado, la superficie se convierte en un jabón.  Un par de caídas convencieron a Martín para quitarse los zapatos y completar el camino en medias.

Puente colgante sobre el rio Mocoa.


Ya de vuelta en la Posada Dantayaco nos tenían listo el almuerzo (deliciosos los patacones), solo restaba tomar un baño e iniciar la ruta hacia Florencia. Quedaron pendientes varios sitios por explorar en Mocoa entre ellos el cañón de  Mandiyaco, el Mariposario, la cascada de Hornoyaco entre otros. La conclusión es que hay que volver y pronto.


Montañas del Cauca.


En el carro charlamos mucho sobre la experiencia mientras las montañas del Cauca nos despedían con su imponencia. Desafortunadamente a orilla de carretera se ven varios montones de madera lo que evidencia la explotación que se viene haciendo de los bosques y que nos invita a reflexionar sobre la conservación de los mismos. La explotación de madera es una actividad con un impacto ecológico muy grande, sin embargo se produce en gran parte por la condición social de los pobladores de la zona. Uno de los grandes retos como país ante el cambio climático que estamos evidenciando es la lucha contra la deforestación.

Evidencia de la deforestación...


sábado, 9 de mayo de 2015

Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos

Colombia cuenta en la actualidad con mas de 58 áreas protegidas de carácter nacional y bajo el cuidado estatal a través de Parques Nacionales. La oportunidad de visitarlos es un privilegio que ojalá todos pudiéramos aprovechar. Seguro que si los conocemos nuestra actitud frente al país y sus recursos tendrá un cambio gigante. Personalmente disfruto cada vez que puedo visitar uno de los Parques del país,sin embargo con la Cueva de los Guácharos ocurrió algo especial, la expectativa creada al poder visitar el primer parque declarado en Colombia fue superada con creces cuando viví la experiencia.

PNN Cueva de Los Guácharos Sector Robledal.

Para llegar al PNN Cueva de los Guácharos se puede acceder por Acevedo o por Palestina en el departamento del Huila. Nuestra elección fue llegar por Palestina debido a que es la ruta de acceso más conocida y transitada. Palestina es un pequeño pueblo cafetero inmerso en las montañas del sur de Colombia. Realmente nunca lo había escuchado hasta que inicié mi investigación previa al viaje. Para llegar a este municipio se debe abordar una buseta ($5.000 por Persona) en el terminal de Pitalito, en ella se tarda cerca de una hora en llegar a través de una vía pavimentada casi en su totalidad. Es posible también llegar en automóvil particular hasta este punto sin problema, en nuestro caso no nos atrevimos ya que no conocíamos el estado de la carretera.

Transporte de granadilla en Palestina Huila

Una vez llegamos a Palestina buscamos una farmacia y una tienda donde comprar las últimas provisiones para el viaje. A partir de este punto no se encuentran víveres fácilmente a excepción de alguna bebida o un dulce. Con las provisiones listas y un par de botas de caucho compradas a última hora nos montamos en un campero con rumbo a la escuela La Mensura. Los camperos se pueden tomar en el pueblo a las 6 AM, 1 PM y 3 PM. Este viaje a la Mensura se tarda 45 minutos por carretera sin pavimentar. Compartir con los campesinos en el transporte de la región es una bonita experiencia y una forma más de acercarse a la Colombia que día a día nos alimenta pero de la cual conocemos muy poco.

Caminos del PNN Cueva de los Guácharos

Llegando a la escuela de la Mensura, el conductor nos pregunta si alguien nos recogerá o si vamos solos. Le comentamos que nos recogen en la casa de don Belisario y amablemente nos acerca hasta allá. Más temprano habíamos logrado coordinar la ayuda de un caballo por 35.000 pesos para que cargara nuestro equipaje. Mientras esperamos un poco la llegada de nuestro amigo equino, compartimos con la familia de don Belisiario quien nos recibió en sus casa y hasta aguapanela nos ofrecieron. La preocupación por la llegada del caballo finalizó a las 2:30, una vez el equipaje estuvo listo empezó nuestra caminata.


Mariposa con el equipaje
Para llegar desde este punto al centro de visitantes del parque se deben caminar 7,8 Km, para esto generalmente se toman de 3 a 4 horas. Debíamos caminar rápido para evitar que llegara la noche antes que nosotros al destino. El camino transcurre por un paisaje con muchas casas rurales, cultivos de pitaya y granadilla cubren la mayoría de las fincas hasta el último descenso para ingresar al parque. Conforme avanza el camino se va poniendo más complicado, las lluvias de abril habían hecho su trabajo y muchos sectores estaban convertidos en completos lodazales. Las botas de caucho son innegociables, sin ellas no habríamos llegado muy lejos. A pesar de que la persona que acompañaba el caballo hizo un esfuerzo por esperarnos, decidimos que se fuera adelante para que no tuviera que bajar tan tarde.

Quebrada la Cascajosa- entrada al Parque

Después de un fuerte descenso y cerca de hora y media de camino llegamos a la quebrada la Cascajosa. Esta quebrada marca el limite del parque. La alegría de observar el aviso de Parques siempre es un motivante  para seguir. La subida que continúa es inclemente, afortunadamente a una media hora de caminata se encuentra uno de los lugares más bonitos del parque: un bosque de roble negro. Este árbol que en otra época fue abundante en la región ha sido explotado agresivamente en las zonas aledañas al parque poniendo en riesgo su continuidad en el ecosistema. Siguiendo un poco más el camino se encuentra el Mirador, en este punto se pueden ver varios de los picos de las montañas del parque, incluidas aquellas que limitan con el departamento de Caquetá.

Aviso entrada al Parque La Cascajosa

Ya bien entrada la tarde inició nuestra preocupación por llegar al sector Cedros donde se encuentra el centro de visitantes, afortunadamente teníamos una tarde muy clara y despejada sin embargo no podíamos confiarnos. Caminamos con paso ágil y constante, acelerados por la adrenalina que ya fluía en nuestros cuerpos. El cielo todavía se veía azul, sin embargo el espeso bosque  dejaba ingresar poca luz a nuestros ojos. Cuando ya creíamos estar llegando, un letrero señaló que nos quedaban 1020 metros. Toda una eternidad si se trataba de caminar en la oscuridad y por terreno que no era el mejor. Con la última luz del día dimos unos pasos más hasta que nuestros ojos ya no podían distinguir con claridad el camino. Fue necesario encender la linterna que llevábamos e intentar seguir la marcha. Caminar con luz de linterna no es fácil si no se está acostumbrado, el paso era lento y la preocupación era grande. El pensar en una noche con frío y lluvia era tan preocupante como el posible encuentro con un oso o un jaguar. Cada paso significaba un esfuerzo grande y no habían señales del refugio cerca, ningún ruido, ninguna luz, ningún claro en el bosque. Todo siguió en calma hasta que al finalizar una curva, divisamos un espacio abierto y el tan esperado refugio con unas tenues luces encendidas. Nos volvió el alma al cuerpo. Esa noche tomamos un baño, armamos la carpa y a descansar.

Sector Robledal

El centro de visitantes del parque es uno de los mejores de los Parques, a pesar de quedar enclavado en medio del bosque, en la cima de las montañas, cuenta con una cabaña de guardaparques, restaurante, alojamientos, espacio para camping y una cabaña para investigadores con laboratorio de biología incluido. En este momento algunos servicios se encuentran suspendidos debido a que se está realizando un cambio en la administración de los servicios ecoturísticos. La idea es que la comunidad realice la operación turística y se pueda beneficiar económicamente de ella. Vale la pena preguntar antes de ir por el estado de los servicios, en nuestro caso debimos alojarnos en camping y llevar nuestra comida.

Centro de Visitantes Sector Cedros

Las principales atracciones del parque son las cuevas que forma el rio Suaza. Para visitarlas iniciamos un recorrido que nos llevó por el bosque húmedo hasta la entrada de la cueva del Indio. Carlos, nuestro guardaparques nos llevaría a conocer una de las bellezas escondidas más autenticas de Colombia. El ingreso es a través de un pequeño hueco en la roca junto al cauce del río. Una vez adentro todo cambia radicalmente. Todo está en silencio, el verde de los arboles cambia por los colores grises y rojizos de la roca. Esta cueva tiene una gran cantidad de túneles, pasadizos y gateras. El recorrido dura cerca de 1 hora atravesando la cueva y admirando las formaciones calcáreas que llevan en construcción miles de años. El calcio y el agua se han juntado para crear las más bonitas formas, también es posible admirar cientos de fósiles inmortalizados en la roca.

Cueva del Indio

Fósil en la cueva del Indio

La experiencia de entrar en las cuevas es alucinante en gran medida gracias al gran trabajo que hacen los guardaparques. En nuestro caso Carlos nos explicó con lujo de detalles todas las formaciones del recorrido, tuvimos tiempo para apagar las linternas y quedarnos en la oscuridad y silencio absoluto. Después de unos segundos que parecían alargarse, ya no sabíamos siquiera si teníamos a alguien al lado.

Gota de agua formando una estalactita

Formaciones Calcáreas. - Cueva del Indio

Al salir de la cueva, la luz del sol genera una emoción natural en nosotros. Un poco de bosque y ahora nos encontramos en la cueva de los guácharos. Esta cueva que le da el nombre al parque, alberga cientos de estas aves. Los guácharos son las únicas aves frutícolas nocturnas que utilizan ecolocación  (sistema similar al de los murciélagos) para volar al interior de cuevas oscuras. Estas increíbles aves pueden realizar hasta tres viajes en una misma noche con destino a las palmas de milpes en el departamento del Caquetá. Ese es su alimento predilecto y al que están dispuestas a perseguir incluso al otro lado de la cordillera.

Río Suaza a su paso por la cueva de los Guácharos


Cueva de los Guacharos

La cueva de los guácharos es atravezada por el rio Suaza, para explorarla completamente es necesario cruzar el rio un par de veces hasta encontrarse con otra de las maravillas de la roca: El puente natural. Esta mole gigantesca de piedra no hubiera podido quedar mejor construida, la  naturaleza como siempre nos demuestra cuan sabia es y como inspira nuestro propio trabajo.

Puente Natural sobre el Suaza.

El siguiente lugar por visitar fue el Lapiaz, una curiosa formación rocosa que en algunas épocas se constituye como parte del cauce para el rio Suaza. Debido al dinamismo del río cuando lo visitamos no se encontraba fluyendo por este lugar, sin embargo el paisaje no dejaba de ser impactante. La geometría de la roca sugiere pensar en un trabajo de escultura humana, sin embargo la naturaleza nos recuerda que sus trazos de agua son mas poderosos y más sabios generando este paisaje.

Lapiaz PNN Cueva de los Guácharos

Despues del Lapiaz regresamos al centro de visitantes que no dista más de 20 minutos. En la tarde recorrimos con dos muy buenos amigos el sendero al último atractivo que visitamos: La cascada Cristales. Para este recorrido nos acompañó Jeison, un guardaparques voluntario que lleva 3 meses internado en el parque. Con tranquilidad nos llevó casi 2 kilometros hasta llegar al lugar. En este sector el rio Suaza recibe las aguas de la bella cascada. Sin duda es uno de los mejores lugares para tomar un baño refrescante. Agua y roca nos muestran su interacción, el agua es obligada a cambiar su curso por la roca sin embargo el agua va tallando la roca con el pasar de los años y la obliga a cambiar a pesar de lo dura que pueda ser. Es como un pulso entre estas dos fuerzas de la naturaleza al que asistimos como espectadores de la mejor obra de arte.

Cascada Cristales

Rio Suaza

Antes de despedirme quisiera agradecer a los guardaparques, especialmente a don Carlos ya que nos acompañó con la mejor energía en todo momento. Vivimos con ellos momentos que nunca olvidaremos como cuando aprovechamos el oscuro y misterioso ambiente de las cuevas para que don Carlos nos compartiera sus experiencias durante los más de 20 años que lleva trabajando en el parque. Su compañía enriqueció totalmente nuestro viaje, es una de las pocas veces que se tiene la oportunidad de realizar un recorrido tan personalizado y de forma tan amena en un lugar tan especial. Los apenas 800 visitantes del parque al año, permiten una estrecha relación con los guardaparques. Toda nuestra admiración y buenos deseos para estas personas que protegen nuestras riquezas naturales, muchas veces desde la soledad de una cabaña o en lo oscuro del camino, miles de hectareas bajo su responsabilidad y con recursos muy limitados. Su labor debe ser reconocida y valorada cada día más.

Carlos en la entrada de la cueva de los Guacharos

Esperamos que muchas más personas se animen a conocer el parque, seguro hay todavía mucho espacio para poder vivirlo sin deteriorarlo.Cualquier ayuda que requieran con mucho pueden solicitarla a través de los comentarios.

Cueva de los Guacharos.

Nota: En la pagina de Parques Nacionales se encuentra información actualizada para la visita del parque. Es recomendable confirmar su visita antes de ir y solicitar las recomendaciones a seguir.

http://www.parquesnacionales.gov.co/portal/es/ecoturismo/region-andina/parque-nacional-natural-cueva-de-los-guacharos/